Wednesday, February 8, 2012

La gran cocina Mexicana La gastronomía de México se caracteriza por su gran variedad de platillos y recetas y por la complejidad de su elaboración. Es reconocida por sus sabores distintivos y su gran condimentación. Esta gastronomía es influenciada por tradiciones gastronómicas tanto mesoamericanas como europeas, entre otras. La cocina mexicana ha influenciado a diversas cocinas del mundo llegando a tal punto de incluso copiar varios elementos y técnicas de preparación. Algunos ingredientes característicos son Maíz: Cereales: Arroz: tVerduras, leguminosas y hortalizas entre otras, siendo estas las principales. Algunas de las costumbres mas arraigadas dentro de las familias mexicanas son en el Desayuno, como los tamales y el atole acompañado de unas quesadillas, o algún guisado de carne acompañado con maíz. También los chilaquiles o los molletes. En la comida, suele servirse entre la una y las cuatro de la tarde, siendo muy abundante. Suele haber dos o hasta cuatro tiempos: el primero consiste en una sopa con ingrediente de arroz y posteriormente se sigue de un plato más fuerte que suele ser llamado «guisado» y, para finalizar, los dulces o postres. Durante la Merienda, que suele ser el instante de reunión familiar, los sabores dulces: el chocolate, panes, y los famosos antojitos: las enchiladas, los pambazos, los tamales, las quesadillas y los tacos. La Cena, que se suele servir después de las 7 u 8 de la noche; generalmente es un platillo fuerte, puede ser similar al del almuerzo o al de la comida, o muchas veces es carne asada (res, puerco, pollo) y camote caliente. Aquí les presentamos algunos platillos típicos. El pozole Fray Bernardino de Sahagún relató, en la Historia General de las Cosas de la Nueva España, que durante las fiestas en honor al dios Xipe, al emperador Moctezuma se le servía un enorme plato de pozole, coronado con el muslo de un prisionero sacrificado. Pozole, palabra de origen Náhuatl que significa espuma, es una sopa preparada con granos de un maíz especial llamado cacahuazintle. Es un platillo típico en las fiestas porque se puede preparar en cantidades abundantes para satisfacer a muchos invitados. El pozole se ha modificado según los ingredientes y gustos de cada región. En el estado de Guerrero se le agrega tomate verde, en Michoacán se le agrega chicharrón, en Colima queso blanco y en las zonas costeras se le agrega sardinas. La receta mejor conocida es la de Jalisco, se prepara con cerdo y chile ancho. Chiles en nogada En Septiembre de 1821 año de la consumación de la Independencia, Don Agustín de Iturbide visitó Puebla con la intención de celebrar su santo decidiendo festejarlo con un gran banquete. Las madres clarisas del Convento de Santa Mónica fueron las encargadas de elaborar un platillo que fuera alusivo a la bandera, debían resaltase los tres colores del estandarte: verde, blanco, y rojo. Las monjas eran famosas por su insuperable fervor culinario, hicieron una cuidadosa selección de ingredientes poblanos, y utilizaron los que les ofrecía la temporada como: el chile, nuez de castilla y la deliciosa granada. El mole Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, virrey de la Nueva España y arzobispo de Puebla, un convento poblano le ofreció un banquete. El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina dando ordenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray Pascual estaba particularmente nervioso y que comenzó a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina. El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los ingredientes para guardarlos en la despensa y era tal su prisa que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela donde unos suculentos guajolotes estaban ya casi en su punto. Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey. Fue tanta la angustia de fray Pascual que éste comenzó a orar, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa. Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el accidentado platillo. Esta leyenda tuvo tanta acogida popular que incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón". Lo que es seguro es que el mole no es producto de una casualidad, sino el resultado de un lento proceso culinario iniciado desde la época prehispánica y perfeccionado. Cada región imprimió en el mole su sello propio y así fueron surgiendo el mole poblano, el mole negro de Oaxaca, el mole amarillito del sureste, el mole coloradito del Valle de México, el ranchero de la Altiplanicie y otros muchos que nos asombran tanto por su complejidad como por su sencillez.

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